Roncar es un problema muy frecuente tanto en hombres como en mujeres, el cual, además de ser un conflicto si convivimos en pareja, también puede conllevar importantes problemas de salud.
Además, con la llegada del verano y el calor tendemos a abrir las ventanas por la noche, a utilizar más aparatos de ventilación y a dormir en lugares públicos (¿quién no lo ha hecho debajo de la sombrilla en la playa?), lo cual genera sequedad y aumenta los riesgos de padecer roncopatía.
Por ello, es un buen momento para buscar una forma para dejar de roncar.
Índice del artículo
¿Por qué roncamos?
Existen múltiples causas y la mayor parte de ellas tienen solución. A continuación, te las explicamos.
Enfermedades nasales
Algunas patologías, como los resfriados o las sinusitis, impiden el adecuado paso del aire. Estas enfermedades son algunas de las causas más comunes.
Posición de la lengua en la cavidad oral
A veces, si dormimos de lado, la lengua se relaja y cae obstruyendo el paso del aire de la nariz a la garganta, situación que se puede corregir cambiando de posición.
Alteraciones estructurales de la anatomía
Este es el caso de vegetaciones nasales o amígdalas prominentes.
Factores precipitantes de relajación de la musculatura de la vía respiratoria
Los más importantes son el alcohol y el consumo de pastillas sedantes. Abandonando su consumo, la roncopatía mejora en poco tiempo.
Apnea del sueño
Esta patología requiere una consideración especial. Es tal vez la causa de ronquido más importante, de forma que la describiremos más adelante.
Otros factores
El sobrepeso y el tabaquismo contribuyen a la mala evolución de la patología de la que hoy hablamos.
¿Qué podemos hacer para evitar roncar?
Hay varias cosas que están en nuestra mano para mejorar esta situación. Incluso existe un tratamiento para los ronquidos que posiblemente no conozcas.
Alimentación
Llevar una alimentación saludable nos puede ayudar a controlar los ronquidos. Por un lado, porque evitamos la temible obesidad y, por otro, porque existen algunos alimentos, como la miel o el aceite de oliva, que pueden proporcionar hidratación en la vía respiratoria.
Hábitos de nuestra rutina diaria
Realizar ejercicio físico contribuye favorablemente tanto a la prevención de los ronquidos como a su tratamiento. Para ello, es necesario realizar ejercicios que nos ayuden a fortalecer la musculatura respiratoria y a prevenir la obesidad.
Medidas posturales en la cama
Evitar dormir boca arriba y adoptar preferiblemente una posición lateral evita los ronquidos. Existen estrategias para que, cuando dormimos profundamente, podamos mantener la posición boca-arriba: colocar almohadas laterales, bandas elásticas… Lo mejor es probar hasta encontrar algo que se adapte a nuestras características.
Tratamiento con Orthoapnea
En este punto nos detendremos un poco más. Orthoapnea es un tratamiento indicado tanto para los ronquidos simples como para los casos de apnea del sueño, una patología grave que hace que la persona, además de roncar, presente pausas respiratorias (deja de respirar). Estas pausas pueden darse en diversas frecuencias, lo cual conduce a una sensación de cansancio diurno que, a largo plazo, puede derivar en problemas mucho más graves, tales hipertensión arterial y otras enfermedades cardiacas.
Esta solución terapéutica permite que la vía aérea superior permanezca abierta durante el descanso nocturno y, por lo tanto, que el aire entre sin complicaciones. Su funcionamiento consiste en colocar una férula entre los dientes, de forma que la mandíbula queda adelantada con respecto al maxilar superior. Este tratamiento presenta unos resultados muy positivos tanto en los roncadores habituales como en los casos de SAOS leve.
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Debemos darles importancia a nuestros ronquidos. A parte de porque atajarlos mejorará nuestra calidad de vida y la de las personas que nos rodean, porque evitaremos patologías de mayor gravedad a largo plazo.
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