Es uno de los tratamientos más frecuentes en odontología en nuestra clínica dental en Barcelona. Gracias a él es posible salvar un diente de su extracción cuando este se ve afectado por una caries muy profunda. Hoy explicamos qué es una endodoncia y en qué casos debe recurrirse a ella.
¿Qué es una endodoncia?
La endodoncia es un procedimiento odontológico que se realiza en aquellas piezas dentales afectadas por una caries profunda que sufren inflamación o necrosis de la pulpa dental. Se trata de una intervención mediante la cual se extirpa (total o parcialmente) la pulpa del diente para dejar el conducto radicular libre de bacterias y lo más aséptico posible. A la hora de llevarla a cabo, se siguen diversos pasos.
¿Cómo se practica una endodoncia?
Una vez que el odontólogo ha realizado el diagnóstico y ha decidido que la opción más recomendable es practicar una endodoncia, se procede a anestesiar la zona. Tras esto, el especialista procederá a realizar una perforación en la corona del diente a través de la cual accederá a la pulpa para su extracción. Hecho esto, solo quedará limpiar en profundidad los conductos y proceder a su obturación (sellado del diente). Gracias a la aplicación de la anestesia, la endodoncia es un procedimiento prácticamente indoloro, aunque es posible que aparezca alguna pequeña molestia en los días posteriores a la intervención.
En la mayoría de los casos, la endodoncia puede practicarse en una única sesión, aunque en determinadas ocasiones, pueden requerirse dos o más citas con el odontólogo.
Es importante tener en cuenta que solo puede realizarse una endodoncia cuando se ha eliminado por completo la infección (esta será tratada previamente con antibióticos).
¿En qué casos se realiza una endodoncia?
La pulpa dental (conocida coloquialmente como nervio del diente) es la parte más interior del diente, donde se encuentran los vasos sanguíneos y las terminaciones nerviosas. Cuando esta se inflama, generalmente debido a una infección provocada por una caries, ocasiona dolor intenso, hinchazón y sensibilidad frente al calor o el frío. Por lo general, el tratamiento de la inflamación en la pulpa suele requerir practicar una endodoncia.
Tras la endodoncia, el diente tratado se comportará como cualquier otro diente sano y solo en muy pocos casos resultará necesario re-endodonciar la pieza. Esto solo suele hacerse en casos en los que el tratamiento de endodoncia no ha funcionado como se esperaba, por lo general debido a la incapacidad de eliminar todas las bacterias presentes en los conductos radiculares. En este caso, se procede a realizar una segunda limpieza para evitar extraer la pieza.
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