La importancia de la higiene bucal es la clave para mantener la placa dental a raya. Pero, ¿qué es exactamente la placa dental? ¿Cómo podemos prevenirla? ¿qué problemas puede ocasionar para la salud bucodental? Estás son preguntas de gran importancia para nuestras bocas.

Siendo la placa dental la causa más importante de aparición de caries y enfermedades periodontales y la principal responsable de la pérdida de piezas dentales, el prevenir que se acumule, debería ser de gran importancia para todos nosotros.

En este blog vamos a responder todas las preguntas que hicimos anteriormente y ademas vamos a detallar información importante sobre este tema.

¿Qué es la placa dental?

La placa dental es una biopelícula fina, incolora y pegajosa, compuesta por proteínas que se encuentran presentes de manera natural en la saliva y que se adhieren constantemente a nuestros dientes y encías.

Sobre esta capa, se van adhiriendo a su vez múltiples tipos de bacterias que conviven en la boca (no hay que olvidar que en nuestra cavidad oral se alojan unas 700 especies de bacterias diferentes, muchas de ellas beneficiosas), así como restos de comida metabolizados.

La placa dental tiene una gran adherencia y es muy resistente. Por eso, no basta con enjuagarse la boca para eliminarla, para deshacerse de ella es necesario cepillar cuidadosamente toda la superficie dental y los espacios interdentales.

Aunque todos tenemos placa dental, porque todos tenemos proteínas y bacterias en nuestra boca, si no la eliminamos eficazmente empieza a acumularse y a mineralizarse, dando lugar al llamado sarro o cálculo dental.

Tipos de placa dental

Según el lugar en que se localiza, se pueden distinguir diferentes tipos de placas dentales.

  • Placa supragingival. Se sitúa principalmente en el margen gingival, por encima de la encía.
  • Placa subgingival. Se localiza en el surco gingival o en las bolsas periodontales.
  • Placa proximal. Se encuentra principalmente en las llamadas zonas de retención, como pueden ser los espacios interdentales.
  • Placa de fosas y fisuras. Se sitúa en las caras oclusales de los dientes posteriores.
  • Placa radicular. Se presenta cuando existe una patología previa que deja la raíz descubierta o cuando se produce una retracción gingival. En estos casos puede formarse en las superficies radiculares la denominada placa radicular.

Además, en función del tipo de bacterias que formen la placa dental, es posible distinguir entre.

  • Placa cariogénica. Está formada por agentes patógenos que generan ácidos en las superficies dentales tras metabolizar los azúcares presentes en los alimentos que consumimos. Estos ácidos atacan el esmalte dental y, si permanecen en contacto permanente con los dientes, pueden producir erosión dental y la formación de caries.
  • Placa perodontopatogénica. Está compuesta por bacterias que producen sustancias primarias y no ácidos. Es la responsable de patologías periodontales como la gingivitis o la periodontitis.

¿Cómo prevenir la acumulación de placa dental?

La mejor forma de prevenir la acumulación de placa dental, es mantener buenos hábitos alimenticios (evitando comer en exceso almidones y azúcares) y de higiene bucodental.

Cepillarse los dientes diariamente después de cada comida y al menos durante dos minutos, será fundamental para eliminar los depósitos de placa y evitar su acumulación.

Así mismo, el uso de hilo dental, cepillos interdentales e irrigadores bucales es muy recomendado para eliminar los depósitos de placa que se sitúan en los espacios entre los dientes.

También es importante dentro de la rutina de higiene oral cepillar la lengua con un cepillo o con un raspador lingual. En la lengua se acumulan una gran cantidad de bacterias y su limpieza ayuda a reducir la carga bacteriana de la cavidad oral.

¿Y qué hacer cuando ya se ha producido la mineralización? En ese caso, será necesario visitar al dentista para realizar una profilaxis dental profesional y eliminar así las formaciones de cálculo presentes en los dientes y por debajo de las encías.

Pero no esperes a que sea absolutamente necesario para acudir al odontólogo. Recuerda que lo más aconsejable es realizar revisiones periódicas, una al menos cada 6 meses, para mantener una salud bucodental óptima.

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